Disfrutando la obra de cerca

obraLas creencias religiosas son algo muy personal, sólo incumbe al individuo que la practica, en forma, frecuencia, fervor, relevancia, sinceridad, entrega etc., no obstante, con frecuencia se oye cuando a una persona o grupo de personas muy centradas en su fe se les etiquetan de exageradas por sus comportamientos en palabras y obras estrictamente apegadas a esas creencias.

En ocasiones se les ve como si fueran de otro mundo, como personas que defienden con tenacidad desmedida y apasionamiento sus creencias u opiniones. Se llega a pensar que sus acciones son desproporcionadas a los tiempos que vivimos, y faltos de medida. En otras palabras, se dice que defienden de forma exajerada o en desmedida esas creencias o que las defienden sin regulación a veces en algunos casos superando la racionalidad convirtiéndose en peligrosos con aquellos que no compartan la misma creencia o ideal.

Dejando a un lado aquellos que se dan golpes de pecho sólo para aparentar, y enfocando esta reflexión en los Católicos practicantes, la descripción de arriba está lejos de lo que es una persona centrada en su fe, como por ejemplo podría ser la de una religiosa maestra en un colegio, o de un laico dedicado en su vida a evangelizar, o del padre o madre de familia que encamina a sus hijos a una educación Cristiana, o al joven que conscientemente protege y ofrece permanecer en estado de pureza, o de los que defienden  los valores morales pertinentes a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la familia como la unión entre un hombre y una mujer, y la libertad religiosa.

Que parte de estas personas es desproporcionada o desmedida? a veces catalogada de irracional, cuando justamente todos los ejemplos arriba mencionados requiren una racionaliad sobrenatural, son de personas tan inteligentes y centradas como los demás seres humanos, con la única diferencia de que cuentan con la gracia de Dios, de la fe, con la que han podido abrir los ojos y entender porque algunas cosas son como son. Hay personas que inmediatamente se distancian y dicen, que no han tenido la suerte de recibir esa gracia y por eso no es con ellas, sin darse cuenta que la respuesta está en la práctica del amor, y de ahí esperar por la misericordia de Dios para que se les conceda esa gracia.

Pero sin entrar en el concepto de lo que es el amor, cómo se puede definir entonces que una persona que respira y se mueve por los valores que le da su fe Católica, es decir, que se mueve por amor, a veces pueda haber alguien que actúe en exceso, que supere los limites de lo «normal»?

Sí, de lo «normal», como lo que entiende la sociedad que ha evolucionado y se ha modernizado, porque según el sentido común de esta sociedad, se piensa que al final de cuentas, como Dios nos quiere a todos y sabe que las sociedades cambian, si hacemos mucho o poco con nuestra fe es porque así es en estos tiempo, entonces Dios nos dará la salvación con su infinito amor, Dios entiende que no se puede estar rezando todo el día… Que gran error!

Volvemos a leer el párrafo anterior y seguramente nos damos cuenta que algo está mal ahí, porque si las acciones que tenemos como personas de fe, que amamos a Dios sobre todas las cosas, se mueven en base a la evolución de la sociedad, a los tiempos modernos, entonces es porque no tenemos amor a Dios, ya que de ser así no estaríamos tratando de medir cuanto es demasiado, por tanto no debería existir la frase «yo amo a alguien demasiado» o «yo amo a alguien en exceso», cuanto es demasiado? es 10? o 100 unidades de algo?

Dios como ser infinito nos ama infinitamente, de igual forma, si le ofendemos, entonces le ofendemos infinitamente, queda claro que el amor si se pudiera medir es infinito, no hay límite en lo que uno puede amar a alguien. Queda claro también que nos quedamos cortos bajo cualquier circunstancia en las manifestaciones de amor que podamos expresar hacia Dios, no existe un grito, un llanto, un sacrificio, una ofrenda, un comportamiento que sea demasiado grande, para que se acerque al amor que se merece Dios nuestro Señor.

Entonces, desde la perspectiva de un Padre infinitamente amoroso, podemos ser vistos con buenos ojos, en la calidad que sea, sin olvidarnos que sí existen matices en cómo el amor es expresado. Si el Cielo fuera una obra majestuosa en un teatro, creemos que podría ser lógico decir que una persona que llevó una vida apegada a la fe demostrando un amor en crecimiento sin límite a Dios, se estaría sentando en las primeras sillas del teatro, mientras una que no se preocupó mucho, y por la gracia de Dios tuvo la oportunidad de ser perdonado y aceptado para la vida de contemplación eterna en el Cielo, quizás le toque sentarse en las sillas de más atrás pegadas a la pared del teatro, o en un segundo piso, donde a pesar que tendría la felicidad de ver la obra sería un poquito más desde lejos. También estarían los que decidieron no amar, y se quedaron afuera… para la eternidad.

Qué limitadas son nuestras mentes, que no podemos visualizar lo que es el Paraíso, y tenemos que recurrir a imágenes terrenales y comparaciones que seguro no serían en lo más mínimo parecidas a la realidad del Reino de los Cielos, pero creemos que esta idea del teatro nos ayuda a entender que no basta sólo con amar, sino que hay que amar con locura como lo decía San Josemaría Escrivá, todos queremos lograr sentarnos en las primeras filas, así como nos importa comprar el mejor puesto VIP para el partido de fútbol. Qué importa lo que dice la sociedad como normal o exagerado, si nos ponen títulos injustos, y si abstenernos de ciertas acciones, frecuentar los sacramentos diariamente, defender la vida del ser humano inocente en el vientre de la madre, afirmar claramente que el matrimonio es entre un hombre y una mujer, son expresiones de amor a Dios en su máxima expresión entonces vamos, y vamos corriendo!

Para finalizar, propongo una oración: «Dios, te queremos, y queremos todo lo que tu quieres para nosotros, vemos toda tu Creación como la definiste originalmente, respetamos y amamos a nuestros prójimos así nuestro prójimo no nos quiera, queremos estar en las primeras filas, y ver de cerquita esa magnífica obra que se nos has prometido donde Tu eres el protagonista, porque sólo hay una cosa que importa, y eso es estar junto a Ti en la Eternidad porque para eso hemos sido creados.»

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