Mediocridad Capacitada

MediocreHay pocas cosas peores que la ignorancia, esta es la fuente de la mayoría de las consecuencias que sufren los países con regímenes autoritarios, aquellos donde su pueblo es ignorante, son pocas las alternativas que consigue para superar las crisis, y son dominados fácilmente por sus gobernantes con satisfacciones puntuales a la medida de las necesidades del momento.

La ignorancia puede ser una consecuencia o una decisión. Hay personas que prefieren mantenerse ignorantes sobre un tema, por ejemplo, en el tema de la verdad moral, y de esta forma librarse de toda responsabilidad que traiga como consecuencia. Como bien se menciona con otras palabras en la declaración Dignitatis Humanae promulgada por el Papa Pablo VI en 1965, la búsqueda de la verdad, en especial la verdad religiosa (que alimenta la conciencia moral), es una responsabilidad y privilegio personal de todos los seres humanos dotados de razón y libre voluntad, y por tanto mantenerse voluntariamente en ignorancia de la verdad constituye una violación a la dignidad natural de su propia persona.

Si lo ponemos en otras palabras, una persona que conscientemente evade conocer la verdad absoluta para evitar cambios en su cómoda vida, está conscientemente aceptando mediocridad en su vida. Que triste puede ser aceptar ser una persona corriente, sosa e insignificante, y que tan más triste es que esa condición se refleje ahora en su vida moral interior. Al final de cuentas, nadie confía en una persona mediocre, ni siquiera uno mismo, y la desconfianza personal afecta la capacidad de formar juicios de conciencia que sean sinceros y verdaderos.

Bajo la premisa basada en la existencia de una verdad absoluta, probada por la conciencia enraizada en la ley natural, probada tambien por las leyes de la ciencia y sobre todo probada por la fe en la existencia de Dios y su autoridad. Como miembros de la sociedad, debemos ser responsables de salir de la ignorancia sobre la verdad, dejar de ser mediocres, y aceptarla así no nos guste, cambiando nuestras acciones mientras nos mantenemos educando con las fuentes correctas y buscando las personas que conocen de los temas que nos ayuden a caminar este camino difícil de la vida, porque finalmente queremos ser responsables de nuestras acciones, abstenernos de contradicciones propias, y deseamos estar alineados con lo que es correcto.

La pregunta es, como hacemos para educarnos lo suficiente para salir de esa ignorancia? Con tanto por aprender y conocer en un Dios tan grande. Debemos por lo menos tratar, y empezar de alguna forma poniendo prioridades a lo que es más importante, nuestra satisfacción profesional y económica o nuestra necesidad de lograr la santidad, que nos hagamos famosos profesionalmente o que logremos el puesto VIP en el Reino de los Cielos… (o los dos, porque no?). Un buen comienzo es buscando la Iglesia, la Iglesia Católica es la mejor guía, como esposa y cuerpo de Cristo, la Iglesia nos provee de herramientas que nos ayudan a conseguir la verdad en Jesus y la forma de mantenernos en esa unidad con El.

Dentro de la Iglesia encontramos religiosos consagrados, con muchos años de estudio, guiados por el Espíritu Santo en su santa labor apostólica, y deseo de evangelizar la palabra de Dios a quien este dispuesto a abrir su corazón. Los sacerdotes Católicos ofrecen apoyo espiritual mediante charlas, dirección espiritual personal, mediación para la recepción de sacramentos como la confesión y la eucaristía, etc., pero sobre todo son personas normales que sufren como nosotros y conocen los pesares humanos, por tanto nos pueden ayudar a salir de la ignorancia.

Tambien tenemos organizaciones laicas, que igualmente guiados por el Espíritu Santo, contribuyen de muchas formas en la labor de formación religiosa requerida por todos nosotros para poder conocer la verdad y poder enfrentar las dificultades que significa hacerla parte de nuestras vidas en un mundo cada vez mas secular.

En conclusión, si queremos salir de la ignorancia y la mediocridad, conocer la verdad y vivirla, buscando la excelencia para ser dignos hijos de Dios, lograr la salvación eterna de nuestras almas, entonces tenemos los medios a disposición, solo hace falta la voluntad.

Como es costumbre, terminamos con una oración, le pedimos a Dios que nos de su gracia para que salgamos de la mediocridad y busquemos ser mejores cada vez, hasta el punto que no sea suficiente igualar en excelencia a los Santos elevados al cielo, sino que tratemos de ser mejores, que no exista límite en nuestras expectativas de superación espiritual, tambien le pedimos a Dios para que despierte en nosotros esa voluntad, esa pasión y coraje necesario para enfrentar las dificultades que trae el cambio de estilo de vida conforme a Su voluntad.

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