Divina Suerte

coin2Cuando oímos que nos desean la suerte, que nos viene a la mente? Pensamos en que nos desean el bien, tambien que quizás con esas palabras tendremos una fuente de fuerza sobrenatural, que contra viento y marea nos ayudará a lograr que se cumpla nuestros deseos. Pero existe la suerte realmente? es la suerte otra especie de Dios que nos hemos creado? O la suerte es la voluntad de Dios? Claro que no suena igual el «te deseo suerte» que el «te deseo se cumpla la voluntad de Dios», pero suena mucho peor el «te deseo que una fuente sobrenatural actúe en tu favor así sea contra viento y marea».

Esto es un tema largo, para un libro quizás, pero sin entrar a asociar la suerte con la superstición, es interesante ver como hay personas que creen firmemente que tienen suerte, cuando una y otra vez tienen la fortuna de lograr objetivos con bajas probabilidades, cuantas veces hemos buscado un puesto para estacionar en un lugar muy repleto y lo hemos conseguido en la primera fila, o cuatas veces nos ha pasado que hemos estado a punto de perder el avión pero por alguna razón no ha salido y llegamos para abordar, quién no ha pasado por estar en un matrimonio con un día lluvioso que se puede ver como buena o mala suerte, o quién no ha estado en una situación donde fue una víctima del crimen resultando totalmente ileso y en casos sin ninguna perdida; y finalmente para no dejarlo por fuera, quién no ha ganado una lotería, rifa o premio de forma aleatoria?

Seguramente muchos de nosotros hemos pasado por estas situaciones y otras que hemos llamado suerte, buena o mala, como sea, ese concepto esta tan arraigado en nuestro día a día que nos olvidamos de razonar en él y lo dejamos pasar como si esa fuera parte de una historia aun no escrita de nuestras vidas, pero que ya tiene un libro guardado en algún lado, y que llamamos el destino. Entonces vemos como repentinamente, nuestra libertad entra en juego, porque seguramente como ya el destino esta escrito gracias a la buena o mala suerte impregnada en nuestro ADN, sea cual sea la decisión que tomemos en nuestro libre albedrío solo la suerte dictara nuestro destino…

Honestamente, no parece tener sentido que la suerte como lo es, abstracta, aleatoria e ilógica, nos ofrezca una sorpresiva felicidad (o miseria) de la que hemos sido misteriosamente beneficiados (o desfavorecidos), no tiene sentido que el destino de nuestras vidas esté escrito en base a la forma como esa suerte se manifieste, no puede ser que nuestras decisiones y libertad no sean más que expresiones pre-definidas, esto es incoherente.

Al pensar en libertad, el amor suele ser el mejor ejemplo, porque todos lo hemos sentido y sabemos que éste no existe obligado, de ser obligado y sin libertad no sería amor sería una orden, el amor sólo puede demostrarse libremente, y con esto demostramos que somos libres por naturaleza, Dios nos hizo a su imagen y semejanza, y por tanto nos hizo libres para decidir nuestras acciones, y de esta forma poder amarle libremente sobre todo, venerándolo y adorándolo.

Con nuestra libertad, podemos decidir que pensar, decir, hacer o dejar de hacer en un momento dado, generalmente asociado con una consecuencia. Si levantamos el brazo estiramos la camisa o hacemos creer a alguien que tenemos una pregunta o que estamos saludando; si nos levantamos de la silla generamos una presión bajo nuestros pies y el corazón acelera las pulsaciones para bombear más sangre que alimente los músculos de las piernas; si no nos movemos cuando nos lanzan una pelota nos pegará en la cabeza o el pecho; si pensamos sobre nuestros hijos sentimos amor y ternura; si hablamos abusivamente recibimos rechazo, estas son leyes universales de la física, de la química, de la vida, no pasan por suerte.

Entonces, cómo podemos explicar esas situaciones que se dan en el momento perfecto, o que no se dan del todo? estas situaciones son consecuencia de nuestra libertad, la leyes naturales, y por supuesto de la voluntad de Dios. Estar en un terremoto y quedar herido es mala suerte? O es que decidimos libremente estar en ese lugar, ese dia, cuando justamente la falla le tocaba moverse? Cómo es que coincidimos en ese momento?

También se puede ver de otra forma: supongamos que estuvimos en ese lugar y ese día por decisión libre, cuando tocaba moverse la falla, y todo estaba listo para un terremoto de grandes dimensiones, pero Dios por su voluntad decidió que las leyes de la naturaleza y la física no aplicaran sin que nos diéramos cuenta, y pasamos un día normal sin percances. O que cuando estábamos retrasados «responsablemente» en llegar al vuelo, Dios por su voluntad decidió que el camión de gasolina del avión no llenara el tanque a la misma velocidad que lo hace normalmente, haciendo que se demore por unos minutos justos para que lleguemos.

Aquí la suerte nada tiene que ver, fue nuestra libertad unida a lo que pudo o no haber pasado por las leyes naturales, y que a veces si así Dios lo desea, mediante su intervención nos vemos favorecidos sin saberlo, hasta que lo reconozcamos como una intervención de El. En oportunidades, pidiendo a Jesus, quien es Dios, con fervor e insistencia, con la mediación tambien de nuestra Santa Madre Maria o por todos los Santos que hay en los cielos, somos escuchados y logramos que ese favor se cumpla en ciertos objetivos poco probables, por lo que se concluye que hemos sido favorecidos con una gracia divina: «Dios está con nosotros, Dios nos ve y nos escucha.»

Que Dios favorezca a unos sobre otros es sólo una ilusión, todos somos favorecidos de alguna forma, solamente que en ocasiones no es tan evidente como ganar la lotería, pero si estamos atentos día a día nos daremos cuenta que la voluntad de Dios se manifiesta en todo momento alrededor nuestro y que esa manifestación es perfecta en el momento perfecto para que se cumpla el plan divino. Para la próxima vez que nos encontremos en una situación que podamos reconocer como única, seguramente reflexionaremos un rato sobre el misterio que existe por detrás de lo que pasó, le daremos gracias a Dios por permitirnos ser participes de su voluntad.

Para finalizar, propongo esta oración: «Le pedimos al Señor, que nos de capacidad para poder comprender lo que no es evidente para nuestros ojos y mente, que nos ayude a aceptar las dificultades de nuestras vidas, sabiendo que El tiene un plan perfecto en el cual queremos participar usando nuestra libertad, que sepamos agradecerle como realmente se merece por todos los beneficios concedidos que percibimos y los que no percibimos.»

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